miércoles, enero 30, 2008

Sobre la ciudad y algo más

Bueno mis muy queridos compañeros, es hora de cumplir con la gran promesa hecha hace ya varios meses de tener un blog rejuvenecido, revitalizado y remasterizado; y empezar a escribir un poco en el. Y que mejor tema que la bella y singular ciudad de la cual somos habitantes (o por lo menos yo). El tan llamado ombligo del mundo, a.k.a. la ciudad de los castilos, a.k.a. la ciudad de la esperanza, a.k.a. la ciudad del movimiento, a.k.a. el pinche agujero donde nos toco vivir.
Cabe aclarar que yo realmente amo y adoro esta bella ciudad, que se reconocer su belleza y singularidad, que me encanta vivir aquí y no me gustaría vivir en otro lado, y por supuesto no comparto ese orgullo que sienten muchos por las calles llenas de basura, por los grandes baches que agobian a los conductores, por el trafico incesante que dura desde que te subes a tu carro hasta que te bajas de él, esa frase tan característica de los chilangos de que nada nos mata ni una bomba atómica (que claro, gozar de la inmortalidad no sería algo que despreciaría, pero la ironía de la frase no se me hace en ningún momento producente y motivadora), la mera verdad es que todas estas cosas a pesar del sarcasmo con el que se tratan son vergonzosas y tristes.
Pero que va, realmente no tengo ni idea de cómo empezar a tratar el problema, hay tantos a quien culpar y tanto de que quejarse que hasta parece vana la tarea, rebuscada y sin duda alguna, hasta hartante. ¿Cuánto se habla del cambio climático, de los problemas de contaminación en el valle de México? Cuanto se habla de el calentamiento global y aún así se logra tan poco pero tan poco y especialmente aquí, en donde ni los gobernantes ni la población están interesados en hacer algo al respecto, hablan y proponen pero solo por retorica, por convencer a la gente, por atraer más borregos al matadero que se ha convertido este país, esta política.
Porque no comenzar con lo que más me molesta, con el H. jefe de gobierno, Marcelo Ebrard (La H no es por honorable obviamente, creo quedaría mejor hipocrita), sin duda uno de esos extraños dirigentes con los que solemos tomparnos que están enfermos con esa peculiar enfermedad llamada inteligencia, un hombre capaz de evadir las preguntas sisañosas con una habilidad muy acertada (lástima que nuestro ex presidente no cuente con tal habilidad), un hombre sumamante capaz de atraer al pueblo con palabras y acciones, que otra forma de decirlo populistas, cuando el pueblo y el solo compartirán los ojos con los que ven a la ciudad, aunque sin duda de ángulos muy diferentes. Lástima que nuestro sagaz jefe, sea un simple doble cara, tantas habilidades desperdiciadas en un hombre desinteresado por mejorar la ciudad, un hombre desinteresado por sus conciudadanos y sobre todo un hombre desinteresado por si mismo. Es fácil ver como este hombre dobletea bien cabron, simplemente checando su pasado, como ha ido de lado un gobernante atrayente a otro, el mas reciente nuestro querido peje, ya olvidado por algunos (afortunadamente), y ahora que se encuentra en un lugar dichoso, veamos como mueve sus cartas abriéndose paso hacia el poder, no dudo que nos lo encontraríamos en las próximas elecciones, pero eso será para entonces. Por ahora veamos como con suma hipocresía y falsedad dice preocuparse por la ciudad, planes, propuestas, proyectos, cuanto no esta haciendo para que digamos “o vaya por fin un político que trabaja, este hombre vale la pena” si, sin duda trabaja, pero si va a ser las cosas mal, mejor que ni las haga.
Este hombre es el que planea seguir con la nueva modita de transporte público dígase metrobus, reverenda porquería digo yo que me he convertido en un usuario frecuente del dichoso medio, basta con ver lo sobresaturado que se encuentra, basta ver lo negro que sale de su escape, basta ver lo insuficiente que es para una avenida tan importante como es Insurgentes, para comprender el gran error que hizo el tan aclamado peje. No voy a decir que no es mala idea, sin duda pudo haber sido una gran obra, pero eminentemente mejor planeada, no voy a decir que no es mejor que los microbuses, que sin duda los supera, sin embargo, fue una solución precipitada y anticipada, que pudo haberse invertido en otras soluciones que a pesar de que el gasto pudo haber sido mayor, el beneficio hubiera sido una infinidad de veces mejor, y no por ser un experto, va en eso yo que se, lo digo por la experiencia por lo que vivo y como es que un simple mortal que apenas empieza la universidad vea más cosas que estos colegiados egresados de quien sabe donde que planearon tan magnífica porquería.
Digo yo no siendo un fan del metro, le veo a este mucho mayor potencial que aquella bestialidad, digo contamina mil veces menos, puede transportar a mas gente en menor tiempo, no propicia el trafico, no entorpece las vialidades, no IMPIDE LAS VUELTAS A LA IZQUIERDA, digo que le hubiera costado al peje crear unas líneas extras del metro en vez de dificultarnos el paso en insurgentes, les dire que le hubiera costado, votos y dinero.
Y bueno otro de los grandes perjuicios del dichoso medio, metrobus, es sin duda el estado de la avenida insurgentes, han visto los baches que hace esa cosa?, todo claro, por mal planeada. Sin duda ampliar las líneas del metro, modernizarlo, devolverle el nombre del mejor metro del mundo, quitar los puestos a la salida de este, limpiarlo y embellecerlo, hubiera salido caro, pero sin duda, la ciudad de México mínimo tendría menos tráfico y menos contaminación.
Y ahora que entramos a otro de los grandes temas que podemos discutir esta el de los baches y el estado de las calles. Basta con contarles mi divertida odisea por eje 8 popocatepetl, llendo a casa de mi chiquita, que de repente pasando universidad me sentí en uno de esos juegos de video viejitos en los que ibas en un carro y tenías que evitar chocar con otros carros, sin duda una enajenante diversión para cualquier niño, bueno esta vez era en la vida real y no solo tenía que evitar los carros, sino había pasado al segundo nivel y ahora tenía también que evitar los baches, les juro que era divertidísima la escena de ver coches zigzageando en su carril evitando los enormes agujeros del suelo. Tristeza me dio ver que dos meses después (chéquense el tiempo) taparon los hoyos y ya no podría jugar Mad City en mi carro, pero bueno, me reconforta ver que solo los taparon con una pasta negra de chapopote mal puesta que sin duda para el próximo tráiler que pase por ahí le devolverá el encanto a mi juego camino a casa de mi novia.